martes, 25 de mayo de 2010

Dios salve a la reina

La gran maestra Deysi Cori no pudo con la campeona mundial de ajedrez, la rusa Alexandra Kosteniuk, en el Desafío Machu Picchu 2010. La peruana perdió 2 a 1 en la modalidad de partidas rápidas pero disfrutó de esta gran exhibición

Por: Mauricio Gil Enviado especial
Lunes 24 de Mayo del 2010

Cusco. Bajo la custodia del Huayna Picchu, las piezas cobraron vida. Impulsadas por las manos y cerebros de las rivales, iniciaron la exhibición en la cúspide de Machu Picchu. Justo en la Casa del Guardián, desde donde se domina todos los límites de la ciudadela inca, Alexandra Kosteniuk, la “Reina del Ajedrez”, y Deysi Cori se entregaron a la batalla en el tablero: campeona mundial absoluta versus campeona mundial Sub 16. Las ruinas ancestrales como escenario de un juego también milenario: el ajedrez en la máxima exposición, cerca de la cúpula del cielo.

La rusa Kosteniuk inició con las blancas. Ya antes del sorteo se decidió que serían partidas “blitz”: batallas rápidas, a velocidad casi autómata, un promedio de 10 minutos para decidir a la ganadora. Ella, la campeona mundial, guardó silencio hasta llegar a la mesa instalada en el paisaje inca. Al igual que su rival en el Desafío Machu Picchu, Deysi Cori, la rusa se embarcó en el primer vuelo al Cusco. La travesía siguió sin descanso: bus hasta Piscacucho, tren hasta Aguas Calientes y nuevo bus hasta las faldas de la ciudadela. Kosteniuk, exhausta, solo aceptó ser fotografiada con el río Urubamba “entrando” por la ventana del ferrocarril. Silencio que tomó forma con la rapidez que usó en su ataque contra Cori. Nunca dudó. Ella se llevaría el primer duelo de la tarde.

Deysi Cori, por su parte, sí se mostró más accesible. Y aun más cuando en el segundo juego le tocó usar las fichas blancas. Su juego fue más agresivo: debía ganar si quería llegar a la “muerte súbita” del desempate. Tímida al hablar, segura al pensar. Realizó la misma travesía que Kosteniuk, pero recién ensayaron algunas palabras en el preludio del juego. “Sí, ella es un modelo a seguir. Ahora que la conozco, sé que es así”, me dijo Deysi mientras la grabadora le apuntaba camino a Aguas Calientes. Sí, ella también quiere ser campeona mundial absoluta. Sí, cree que es posible. Aún no entiende cabalmente por qué el ajedrez mueve su motor interno, pero ya domina el estudio, el perfeccionamiento del juego. Es como si se apropiara de una frase que Kosteniuk movió cuando llegó a Lima: “El ajedrez te brinda satisfacciones en la medida de cuánto te esfuerces por él”. Una relación directamente proporcional. Igualdad. Deysi salió de una encrucijada y venció la segunda partida. Arriba, en uno de los puntos más altos de Machu Picchu, la victoria era posible. Habría desempate.

El duelo entre ambas fue una sorpresa. Cada turista preguntó por la aglomeración de medios de comunicación, la mesa de ajedrez, la concentración de las jugadoras. Alrededor de ellas el único sonido era el clic de las cámaras fotográficas. En la última partida, la decisiva, la tensión fue mayor. A diferencia de los dos duelos anteriores, las blancas tenían opción de seis minutos, mientras que las negras un minuto menos. Es cierto, las blancas te dan la opción del ataque, pero esta vez debía ser letal: en caso de tablas, las negras saldrían victoriosas. Es decir, Deysi debía doblegar como fuere a Kosteniuk. Debía buscar el camino menos esperado. Ella tenía a las blancas.

“Estoy a tiempo de lograr mi sueño”. Cori me lo dijo casi sin decirlo, mirando por la ventana. “Quiero ser gran maestra entre los hombres”, agregó antes de acabar la entrevista. Pero el tiempo es lo que faltó en la “muerte súbita”. No logró penetrar la rápida defensa de Kosteniuk con las fichas negras. Caballos de ébano, alfiles con sotanas oscuras y una reina vestida de luto impidieron que venciera en Machu Picchu. La campeona mundial se impuso entre ruinas de patrimonio universal. Sin embargo, la ilusión de Deysi se mantiene intacta, como un corazón vivo.

Ya después vendrían las palabras de agradecimiento. Kosteniuk, maravillada por la ciudadela inca, no fue tacaña en elogios para Machu Picchu. Ella se quedó junto con su esposo, allá arriba, para disfrutar de una de las maravillas del mundo. Terminó su duelo con Deysi, quien bajó antes del atardecer, y cumplió con el propósito de cada uno de sus viajes como monarca del ajedrez: poner al deporte ciencia en agenda, pedir apoyo para los ajedrecistas, confiar en que se instalará como materia obligatoria en los colegios. Es decir, que el ajedrez nunca esté en jaque. Si lo dice la reina, habrá que hacerlo. ¡Que viva la reina!

Tres del desafío
1. Cori participará en el Octogonal Ruy López en junio y se prepara para el Mundial Sub 20 en Polonia.

2. Kosteniuk se llevó el premio de 10 mil soles tras ganar el Desafío Machu Picchu 2010. Cori recibió 2 mil.

3. El desafío se realizó gracias a la acción conjunta del IPD, el INC y la empresa privada.

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