domingo, 22 de junio de 2008

Pequeños maestros




Jorge y Deysi Cori compiten en torneos internacionales y escalan posiciones claves en sus respectivas categorías. Con su propio esfuerzo y el apoyo de algunas instituciones, ellos aspiran a ser maestros internacionales, una meta a la que se acercan con cada magistral jugada que hacen dentro y fuera del tablero.
Por Nilton Torres Varillas
Fotos: Melissa Merino

El día que Jorge Cori descubrió el tablero y las piezas de un ajedrez que su padre tenía guardado en un ropero, se olvidó por completo de su trajinada pelota de fútbol. Tenía seis años y se quedó maravillado con aquellas 32 figuras, blancas y negras, que colocadas frente a frente sobre aquel tablero que hacía las veces de campo de batalla, le permitían ser parte de una gesta en la que nada terminaba hasta que el rey de uno de los bandos cayera abatido, no por la fuerza de poderosos cañones, sino por una sagaz estrategia.
Fascinación de la que su hermana mayor, Deysi, se contagió poco después."Veía a mi hermano tan concentrado jugando con mi papá, y por curiosidad pedí que me enseñaran", recuerda.
Hoy Jorge tiene doce años y Deysi catorce, y el ajedrez que aprendieron a jugar con su padre ya no es un pasatiempo.
Jorge tiene el grado de Maestro Fide (MF), que otorga la Federación Internacional de Ajedrez (Fédération Internationale des Échecs), y se ubica en el primer lugar en la categoría Sub 12 a nivel mundial, además de haber ocupado en noviembre pasado el quinto lugar en el Torneo Mundial Juvenil de Ajedrez realizado en Turquía, permitiéndole alcanzar 2,316 puntos ELO, calificación que se usa para señalar a los grandes del deporte ciencia. Para que se tenga una idea, Garry Kasparov, el campeón mundial de ajedrez, llegó a superar los 2,800 puntos ELO.
Y Deysi no se queda atrás. Ella también es Maestro Fide femenino, quedó cuarta en su categoría en el torneo de Turquía y su ELO alcanza los 2,150 puntos.
Jorge y Deysi se están preparando intensamente para hacer un viaje de tres meses a España, en donde participarán en tres importantes torneos que servirán para seguir acopiando puntaje y completar así la tercera norma que a ambos les falta para convertise en Maestros Internacionales. Preciado título que podrían obtener en Singapur, donde se llevará cabo el Torneo Mundial Interescolar de Ajedrez, el próximo mes de julio.
Pero llegar al lugar donde están no ha sido fácil. En el mundo real les ha tocado jugar intensas partidas con oponentes tan duros como son la falta de apoyo y los magros presupuestos oficiales para un deporte que sí nos da satisfacciones.
ENROQUE CORTO
Fue Villa El Salvador, distrito en el que los hermanos Cori nacieron y crecieron, el escenario de sus primeras jugadas. Al principio fue su padre, Jorge, quien les enseñó a mover las piezas, pero ahora, como dice Deysi, "ya no juega con nosotros porque siempre le ganamos".
Catalina, la madre de Jorge y Daysi, cuenta que tanta fue la insistencia de sus hijos de querer aprender más del juego, que tuvieron que matricularlos en las clases gratuitas que ofrecía la Municipalidad de Villa El Salvador, pero cuando fueron la primera vez ya no había vacantes.
"Mi esposo habló con el profesor y le dijo que hiciera una excepción con mis hijos ya que eran buenos. Les hicieron una prueba y se quedaron sorprendidos pues ellos estaban muchísimo más adelantados que los otros chicos que tenían por lo menos un par de meses en el curso", dice Catalina.
Luego, padre e hijos empezaron a rondar los predios de los tiburones de la Plaza Francia, en donde se atrevieron a retar a los jugadores más cancheros.
"Muchos nos veían y se reían. Luego aceptaban jugar con nosotros pero con apuesta. Así que mi papá ponía el sol que exigían por partida. Al principio perdimos muchos soles, pero luego ya empezamos a ganar", recuerda Deysi.
Precisamente en aquellos terrenos ajedrecísticos del centro de Lima, es que conocieron a Ricardo Mejía, un experimentado jugador que se convirtió en su maestro y guía ad honorem. Él les enseñó no solo jugadas, sino algunas estrategias que les sirvieron para empezar a ganar campeonatos escolares y nacionales, y también para llegar a su primera competencia continental.
Fue en el año 2002 que Deysi obtuvo su primeros laureles en el Panamericano Juvenil de Ajedrez realizado en Argentina, donde quedó en la sexta posición. Al año siguiente, el 2003, le tocó a Jorge hacer su primera competencia internacional, en el Panamericano realizado en Bogotá, Colombia. Desde entonces los hermanos Cori han participado en importantes eventos en Brasil, Bolivia, Ecuador, Francia, España –donde asistieron a la Olimpiada de Ajedrez de Palma de Mallorca– y Grecia, país donde su performance les abrió las puertas para obtener sus grados de Maestros Fide.
Jorge cuenta que no solo les ha tocado jugar partidas con chicos de su edad, sino también con personas mayores, y ha habido ocasiones en que a muchos adultos no les ha gustado perder ante ellos.
"Una vez le gané una partida a un maestro argentino y este tiró las fichas, se paró y se fue. Yo me quede mirándolo y luego me reí", cuenta Jorge.
JAQUE MATE

La última competencia de importancia a la que han asistido los Cori ha sido el torneo de Turquía, competencia a la que lamentablemente, por problemas con los visados, llegaron cuando ya había pasado una ronda, así que a pesar de haber alcanzado importantes posiciones, se quedaron sin alcanzar los primeros lugares.
Sobre la mesa del mini departamento de Santa Anita, en el que viven desde hace algunos meses ya que les queda más cerca para ir a sus entrenamientos en el Estadio Nacional, se encuentran decenas de trofeos y medallas que dan cuenta de su valía. Aunque aquellos no son todos ya que muchos les fueron robados cuando desubicados amigos de lo ajeno invadieron su vivienda, llevándose también la computadora que con esfuerzo pudieron comprar.
Catalina dice que mucha gente piensa que al viajar tanto por el mundo ellos deben tener mucho dinero, cuando la realidad no es tan brillante como las preseas ganadas por sus hijos.
"Para poder viajar tenemos que tocar muchas puertas. Hasta ahora recibimos el apoyo del alcalde de Villa El Salvador, Jaime Zea, quien sigue ayudando a los chicos. Lo mismo el colegio Saco Oliveros que nos ha dado becas integrales de estudio. Y ahora para poder viajar a España, el Banco de Comercio nos está pagando los pasajes y nos ha dado una bolsa de viaje, con la promesa incluso de seguir apoyándonos", dice Catalina.
El pequeño Jorge dice que si hubiese más apoyo habría más chicos como ellos ganando competencias. Pero él no se desanima y asegura que llegará a convertirse en campeón mundial. Más mesurada, Deysi dice a su turno que por ahora lo importante es convertirse en maestros internacionales y luego perseguir el grado de Gran Maestro.
"Julio Granda ha dicho que soy su sucesor y eso me gusta", dice Jorge, y Deysi confiesa que ella le ha empatado al MI Emilio Córdoba, el rankeado adolescente que protagonizó una alocada historia de amor con una chica brasilera hace algún tiempo.
Ahora queda esperar a que en España les vaya bien. De ser así llegarían por todo lo alto al Torneo Mundial Interescolar de Ajedrez a realizarse en Singapur. Allí los hermanos Cori esperan obtener la ansiada tercera norma y alcanzar de ese modo la categoría de Maestros Internacionales.
De consumarse este sueño los Cori serían los primeros peruanos en la historia del ajedrez mundial en obtener tan alta categoría a tan temprana edad. Y esa es una partida que Jorge y Deysi no están dispuestos a perder, aunque para ello deban jaquear el desinterés de quienes los deberían apoyar.

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